Una atención especial al desarrollo de tu marca te permite una mayor diferenciación con la competencia; y no se trata sólo de ser diferente si no de ser memorable y genuino.
El Branding o imagen de marca es la «impresión» que damos a nuestros clientes cuando se relacionan con nuestra empresa por cualquier medio. Hablamos de las emociones o percepciones que el cliente experimenta al relacionarse con nuestra publicidad, producto o servicio. Y que no nos quepa ninguna duda que, trabajemos o no nuestro Branding, actualmente nuestros clientes se están llevando una determinada sensación de nosotros, por lo que es importante que sea la que nos interesa y favorece.
Todo comienza con una buena imagen corporativa y una página web acorde a ella, pero esto es tan solo el principio. La firma de nuestro email, como respondemos a las llamadas, la decoración de las oficinas, la música que suena de fondo cuando entra un cliente… todo esto es Branding, al igual que lo es la calidad de los productos o servicios que ofrecemos, su packaging, nuestra tarjeta de visita o la bolsa que entregamos.
Es importante que el Branding de la empresa guarde relación con nuestra propia forma de ser, sólo así lograremos imprimirle un importante componente emocional a nuestros productos y servicios.
Si en nuestra vida cotidiana somos divertidos y joviales, en ningún caso debemos plantearnos difundir un mensaje serio o institucional con nuestra empresa, ya que esto nos será muy difícil de mantener en el tiempo, por lo tanto, la clave reside en ser coherente con el mensaje de nuestra empresa y que éste no esté reñido con nuestra propia filosofía de vida.
Al mismo tiempo, el Branding de nuestro negocio también debe de estar alineado con nuestras propias fortalezas personales, potenciándolas en todos los aspectos que podamos. Sólo de este modo estaremos atrayendo los clientes ideales que nos gustaría tener, ya que serán los que realmente deseen trabajar con personas como nosotros, principalmente porque encuentran interesantes y cautivadores nuestros valores.
Por ejemplo, la marca Red Bull se ha posicionado en el mercado dentro del modelo o arquetipo «superar los límites», mientras que Cola Cola es la marca de la felicidad, Apple atrae a usuarios en busca de exclusividad, y McDonalds es un sitio divertido donde llevar a los niños a comer (aunque no necesariamente vayan a comerse la hamburguesa más sana).
Ahora ya estamos en disposición de replantearnos algunos cambios o mejoras en nuestra empresa, como el material gráfico que entregamos a nuestros clientes, los colores corporativos, el lenguaje de nuestra web o incluso nuestra forma de vestir cuando nos reunimos con un cliente. Por ejemplo, si decidimos enfocar nuestro Branding como una empresa divertida (porque nosotros también lo somos), sería contraproducente vestirnos con traje y corbata, ¿no?
El Branding se transmite día a día en todo lo que hacemos. Si en nuestra vida privada nos mostramos preocupados por la sostenibilidad del planeta, nuestro packaging debería de estar hecho con material reciclado; a esto se le llama coherencia.
Estas son las preguntas que todo emprendedor debería hacerse:
– ¿Cuál es tu tipo de personalidad?
– ¿Con qué concepto describirías tu empresa?
– ¿Qué modelo de branding deberías potenciar?
Una vez hayas respondido a estas preguntas, todas tus acciones empresariales deben de estar alineadas y ser coherentes, ya sea durante la captación del cliente, en el transcurso de la prestación del servicio, o durante la postventa.